Mientras nuestros hijos han sido pequeños todo era más fácil. Siempre hemos pensado en ellos a la hora de elegir las vacaciones porque todos sabemos que si los niños lo pasan bien nosotros, estaremos genial. Pero ahora… nuestros chiquitines miden más que nosotros, tienen ideas propias que les parecen mil veces mejores que las nuestras y, en muchos casos, hemos pasado de ser sus héroes y cómplices a alguien que siempre está en su contra, parece que hablamos idiomas diferentes. ¿Qué ha pasado con nuestros hijos?, ¿cómo puede haber cambiado tanto la relación? Ellos se sienten adultos, comienzan a fabricar sus propias ideas, demandan más espacio personal, comienzan a desarrollar el sentimiento de tribu multiplicando sus relaciones sociales. Es una etapa de descubrimiento de la propia identidad psicológica así como la de autonomía individual. Quieren que se les trate como a adultos pero muchas veces rehuyen de la responsabilidad de serlo. Nosotros los padres, por el contrario, todavía los vemos como a niños, nos cuesta no interferir en su espacio personal porque no los vemos suficientemente maduros, y queremos seguir protegiéndolos como si fueran niños. Por tanto no te preocupes, es normal que se den situaciones complicadas entre padres e hijos. El principal problema no es tanto que esto pase (tarde o temprano sucederá) sino la búsqueda de soluciones nuevas y apropiadas al momento.
Las vacaciones en familia se empiezan a disfrutar desde el mismo momento que comienzas a prepararlas mirando destinos, actividades…o al menos así debiera ser, porque estamos hablando de ese tiempo de desconexión, descanso y armonía que llevamos casi un año esperando todos, tus hijos también. Pero… ¿dónde vamos?, ¿qué hacemos? Es el momento de ponernos en su piel. Hay que elegir unas vacaciones inolvidables para toda la familia y ellos tienen mucho que decir. Piensa en aquello que menos te gustaría hacer en vacaciones y trata de imaginarte como te sentirías si te lo impusieran por obligación. Si no lo consensúas con ellos arruinarás sus vacaciones y a buen seguro las tuyas, además de que habrás perdido una oportunidad única de disfrutar de la complicidad con tu hijo en un momento mágico como son la vacaciones en familia. Te damos unos consejos para que todo sea más sencillo.
Vacaciones con tus hijos adolescentes: unos consejos con los que verás la diferencia
- Echa la vista atrás. Intenta recordarte a su edad, pero no te centres en las cosas que hacías, sino en cómo te sentías. La adolescencia es un momento de transición entre la infancia y la edad adulta que nos genera desconcierto, tanto a padres como a hijos. Tal vez, si recuerdas ese sentimiento, podrás ponerte en la piel de tus hijos con mayor facilidad.
- Habla con ellos. Parece lógico, pero muchas veces, los padres pecamos de no hablar con nuestros hijos adolescentes de una manera clara. ¿Quieren ser adultos?, pues háblales como tal, que puedan ver tus ideas y los porqués, al igual que puedan explicar las suyas.
- Reparte el tiempo. Es posible que padres e hijos queráis hacer viajes diferentes, pero podéis repartir el tiempo de una forma equitativa, para que todos disfrutéis, aunque haya que ceder un poco. Una buena idea es buscar vacaciones de aventura en familia en la naturaleza que incluyan actividades como descenso de barrancos, vías ferrata, rafting… y que suelen gustar tanto a padres como a los hijos. En este tipo de viajes con hijos adolescentes vivirás unos momentos en los que no hay espacio para pensar en el mosqueo que has tenido con tu hijo por llegar tarde a casa o por no recoger su habitación.
- Respeta sus tiempos y espacios. Hasta hace cuatro días buscaban estar con vosotros a todas horas, en cambio ahora piden su territorio a gritos. Pues dáselo y que ellos os den el vuestro y así empiecen a ser responsables de la gestión de su tiempo. Siempre que sea algo lógico, todos saldréis ganando.
- Que compartan con otros chavales de su edad. La adolescencia es la etapa que supone la eclosión de la capacidad afectiva y de abstracción para sentir y desarrollar emociones con sus semejantes. El sentimiento de pertenencia a una tribu urbana cada vez es mayor así como su necesidad de conocer nuevas personas con las que compartir. No les prives de ello, y así tampoco tú te privarás de esas merecidas vacaciones para toda la familia.
- Deja de ser un adulto. Siempre tiene que haber alguien que ponga el punto de cordura, y ese ha de ser el adulto, pero una vez que todas vuestras vacaciones están acordadas, intenta disfrutar como tus hijos adolescentes. Desinhíbete, salta, baila, corre, grita, canta… disfruta al 100%, que para eso estamos de vacaciones.
En Planeta40 esto lo sabemos muy bien y por eso hemos diseñado un programa pensando en las familias con hijos adolescentes que queréis tener unas vacaciones únicas, atendiendo tanto las necesidades de los padres como de los hijos, pensando en los diferentes gustos que tenemos según las edades y cargado de diversión para toda la familia.
Viaje al Centro de la Tierra es una escapada glamping en familia en la Sierra de Guara, en la que la aventura y la diversión serán el eje fundamental.
